Con 22 años yo ya era autónoma, vendía ropa interior en los mercados ambulantes. Iba yo con mi furgoneta al pueblo que tocaba cada semana. Por las tardes estudiaba Diseño Textil en Barcelona. Los Sábados y Domingos tenía fiesta de los estudios y los Miércoles y Jueves del trabajo.
Te puedes imaginar que estrés de vida, pero con 22 años aún tenía fuerza de convencer a mis compañeras de Estampación que estipuláramos el Martes nuestro Sábado.
Un día fuimos a “The Quiet Man” que cada semana actuaba un grupo de música irlandesa, era como si no estuviéramos en Barcelona.
Empezó el concierto y me enamoré del guitarrista por guapo, por su voy y porque (Los músicos lo saben) estaba irresistible encima de la tarima.
En el momento que nos cruzamos la mirada nos reconocimos, saltaron chispas, me cantaba a mi. En la media parte bajaron los dos acompañantes de la tarima y él se quedó, me miró y le dio dos golpecitos en la silla para que viniera a sentarme. Yo como una perrita faldera no me pude resistir a su magnetismo. Estuvimos hablando como si la última vida que nos habíamos encontrado fuera ayer. De verdad, era como estar en casa, nunca me había pasado.
Después del concierto salimos al Jamboree y ahí empezó el romance.
Él tenía la misma situación que yo (Te dije que era mi Alma Gemela) por la noche trabajaba de músico, durante el día era profesor en un Instituto Americano, más impartía clases de inglés en una academia.
¿Que cuándo nos veíamos? Los Martes, yo iba a escucharlo al concierto, después a su casa y algún fin de semana salíamos. Así durante 3 meses.
Yo en esa época hacía 3 años que iba a una terapeuta porque estaba mas perdida que un pulpo en un garaje y Joana (mi terapeuta) me decía que lo estaba ahogando. Ya, pero no puedo dejar de verle, es mi alma gemela y juntos pasaremos las dificultades que sean para no separarnos nunca mas.
Bueno ¿Sabes qué pasó? ¿Te lo puedes imaginar, verdad? Pues sí, un día quiso venir a mi casa para hablar conmigo. En ese momento ya supe qué pasaba, y..
¿Sabes qué?
Que así que vino me dejó. Lo que le sorprendió es que yo no llorara, ni me quejara, ni intentara arreglarlo. Decidí vivirlo serenamente y que si era mi alma gemela lo seríamos estando juntos o separados. Decidimos que quizá tendríamos una oportunidad cuando nuestras vidas fueran mas tranquilas.
Te voy a confesar, entre nosotras, que desarrollé una displasia (es una alteración de las células de la matriz que puede llegar a ser cáncer) de la gran frustración que viví y no expresé, pero que por suerte fue leve y pude sanar.
Pero ¿Sabes qué?
Que esto no acabó aquí, que quedamos amigos y la primera novia que tuvo me la quiso presentar “Porque es igual que tú!!” (¿Te lo puedes imaginar?) , con el tiempo lo dejaron, ¿Y tú Montse qué tal estás? Bien, estoy saliendo con Luis y vivo con él, con el tiempo lo dejé, ¿Y tú John qué tal cómo estás? Estoy viviendo con Marta… y así años y años sin encontrarnos.
¿Pero sabes qué es lo más fuerte?
Que cuando iba por Barcelona y pensaba en él nos encontrábamos y en una de éstas me confesó que cada vez que nos “Tropezábamos” Era cuando estaba viviendo una crisis con la relación que tuviera.
Siete años más tarde decidí cortar por lo sano, porque era una agonía esa espera, que el Alma Gemela pueden ser muchas cosas, no tiene que ser el amor de tu vida y que al final sería lo que yo decidiera. No le dije nada, no me despedí de él pero nunca más lo he visto, ni me lo he encontrado.
¿Cuál es la lección de todo esto?
Que para mi era algo especial pero para él, no lo sé.
Que lo disfracé con una narrativa mágica pero para él eran simples casualidades.
Y lo mas crudo de todo, que posiblemente sí que había un vínculo fuerte entre los dos pero el ansia tan fuerte que tenía hacia él, esa tensión interna tan fuerte que activaba cuando me lo encontraba hacía francamente imposible que él pudiera actuar como conquistador.
Hasta una vez me lo dijo y yo no lo supe leer.
«Montse, no puede ser que siempre seas tú la que vienes hacia mi, en ningún momento te he podido conquistar, no me has dejado»
Seguro que te suena. Cuando empiezas a salir con una persona que tienes tantas ganas de que se muera de amor por ti, es como si tuvieras una cuerda tensando entre los dos para que no se te escapase. Tú lo pasas muy mal y el otro la única salida que tiene es huir. Acabas que no entiendes nada, porque ha cambiado de la noche a la mañana, con lo especial, alma gemela, conexión única, dile como quieras, sentías que había entre los dos.
El día que tengas delante un hombre y no sientas esta tensión, él se te acercará y te tendrá como prioridad, seguro
Es así de sencillo y así de complicado aunque no imposible